Y de repente… llegó la Navidad. Este año quiero que sea diferente con mi pareja y con mi familia política.
Y de repente… llegó la Navidad. Cuando llegan estas fechas a mi me encanta oir…
– Pues a mi no me gusta la navidad…
– pues a mi si me gusta, pero solo cuando me veo con mi familia, no me gusta nada el tema de los regalos y tanto consumo…
– pues a mi me encanta esta época para los niños…
– pues a mi me agobia con el tema de los regalos… pero… nadie habla de que está esperando la navidad para ver su familia política… ji ji ji.
En realidad, la familia política es sinónimo muchas veces de discusiones. Y familia política no solo es la de nuestra pareja, es también nuestra familia para nuestras parejas.
Puede que discutamos más en estas fechas con nuestra pareja e incluso con la propia familia política, por eso, es importante pararnos a pensar en ello y encontrar una solución. Pararnos y preguntarnos… ¿qué podemos hacer diferente estas navidades para que la familia política no sea centro de nuestras discusiones?
Pues te recomiendo… lo más básico de todo, que te siente con tu pareja para hablar de vuestras experiencias de otras navidades, de lo que queréis conservar y de lo que os apetece cambiar.
Hablar de lo que nos hace saltar y sobretodo de cómo nos puede ayudar nuestra pareja con esto. Si nos ayuda que en la cena evite conversar sobre algún tema, o ayudándonos a que no se alargue la conversación con alguien… Establecer vuestras claves.
Es un momento genial, para inventar nuevos planes de lo que vais a hacer en estas fiestas, nada de seguir haciendo lo de siempre, pensando que “es lo que toca”. Porque al final, si no queremos ir, acabaremos pasando factura a nuestra pareja más tarde.
– Dejar de discutir en Navidad es posible.
Crear cosas y planes que os hagan más sencillas estas navidades en familia. Y nada de dar por hecho y de adivinar.
Acuerda con tu pareja algo diferente, nuevos planes en otros espacios o en otros momentos y con otras personas. Y más aún, si ya somos veteranos y no queremos repetir experiencia año tras año. Esta idea tan sencilla nos da la oportunidad de “pararnos a pensar” que queremos hacer diferente, nos ayuda a crear opciones y dar la oportunidad de hacer algo diferente para no terminar discutiendo como en años anteriores con nuestra pareja.
Este año nos atreveremos a decir en alto lo que pensamos, a escuchar y a negociar. Y no dar por hecho que nuestras costumbres son las mejores, porque es lógico pensar que para nuestra pareja las suyas también lo serán.
Al final, no es tan importante hacer todo lo que el otro quiere por no discutir. Sino que podamos ser un equipo-pareja, lo mismo nos sorprendemos con ideas nuevas e inventándonos nuevas tradiciones.
Te dejo a continuación un descargable de regalo, con una receta mágica para no discutir en Navidad:
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