En las discusiones en pareja, el enfado, suele ir de menos a más. Es decir, sin saber muy bien por qué, un día te das cuenta de que discutís casi por todo. Y aunque sabemos que somos diferentes y que podemos pensar diferente, a la hora de la verdad, nos da mucho miedo sentir que si pensamos diferente esto nos aleja de nuestra pareja.
Unos solemos expresar el enfado con lagrimas, otros chillan, otros en silencio bajan la cabeza y no quieren seguir hablando, otros se marchan de la habitación…
¿Que hacemos entonces si queremos manejar el enfado? Lo mejor de todo, respira, respira y respira profundo. Expande tu pecho para que entre mejor el aire. Si lo necesitas, márchate de la habitación y vuelve cuando estés más tranquilo o tranquila. Pero vuelve. Y piensa si vas a poder hablar y entender a la otra persona, o estás tan enfadado que es mejor posponer la discusión.
Por que el enfado es algo más que «soltar» todo lo que queremos decirle al otro. También se trata de poder escuchar al otro y poder llegar a decidir o comprometernos con algo para resolverlo.