Ya estamos en casa, de vuelta tras las vacaciones. Llevamos ya unas semanas tratando en el blog, el tema de si separarnos o no. Y es normal que ahora con la vuelta a la realidad, tengamos muchas más dudas, sobre si seguir adelante o no.
Muchas parejas, en algunos momentos, sufren una crisis y tienen dudas de si continuar juntos o no. La terapia, ayuda a que podamos valorar si la ruptura es inevitable o si hay algo que podamos hacer para evitarla. Unos deciden entonces que separarse es la mejor opción y en otros casos, la pareja decide continuar juntos.
En general las parejas no acudimos a terapia para plantear estas cosas, y es una pena, por que a nuestras sesiones llegan ya las parejas exhaustas de intentarlo todo. Cuando era más fácil haberlo intentado antes.
En terapia, nuestro trabajo consiste que la pareja pueda establecer si en su caso es inevitable o no la ruptura. En el caso de que la pareja haya decidido la ruptura, puede decidir qué hacer con su familia, su hogar y sus cosas. Comienza a reorganizarse como familia dividida. Y la terapia, es adecuada para ayudar a poner las ideas en orden.
Sobre todo, por que tenemos que tomar decisiones muy importantes en momentos donde las emociones a veces nos juega malas pasadas.
Vamos a tener que pensar cómo va a ser nuestra organización familiar, la reestructuración de la economía, donde viviremos, como y con qué.
– ¿Me divorcio? o ¿no me divorcio?
Es en estos momentos, donde la pareja necesita más apoyo, pues muchas veces por ese sentimiento de dolor, estamos más pendientes de demostrar al otro nuestra fuerza y que sufra lo mismo que nosotros estamos sufriendo. Lógicamente, las decisiones en esos momentos, no suelen ser las mejores. Y en general, ese castigo llega al otro, en forma de repercusiones en los menores.
En este artículo intentaremos dar algunas pistas para reducir los elementos destructivos del proceso, sacando a la luz las dudas, los miedos y abordando los conflictos.
En consulta vemos los caminos previsibles aunque críticos en que las parejas suelen naufragar en la travesía del divorcio. Y trabajamos para prevenir que las familias queden atrapadas en las situaciones típicas del divorcio difícil. Todos conocemos casos donde parece que las denuncias continúan uniendo a su manera a los padres.
Y me encanta transmitir a los padres y madres, que realmente pueden proteger a sus hijos, negociar y decidir a pesar de todo lo que están sufriendo.
– Y me encanta transmitir a los padres y madres, que realmente pueden proteger a sus hijos, negociar y decidir a pesar de todo lo que están sufriendo.
El divorcio que se realiza sólo en un juzgado no debería valernos. La justicia no puede regular las emociones, ni el día a día de nuestra familia.
No podemos pensar, que un acuerdo legal, con un convenio tipo, realmente puede plasmar la realidad de lo que nos va a pasar todos los días a partir de la sentencia.
Delegar sólo en la justicia, es eludir nuestras las responsabilidades como padres. Nos sirve muchas veces para escudarnos y defendernos de nuestro dolor, diciendo que el abogado me dijo que hiciera esto o lo otro, por que es lo que suele pasar. Sin pararnos a pensar que nosotros, sí podemos y debemos decidir, no solos somos víctimas, somos protagonistas de nuestras vidas.
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