Aunque lo que sí destacaría es que el objetivo de las cartas es ir elaborando nuestras cartas hacia la despedida, no hacia el reproche o quedándonos enganchadas en lo mal que lo hizo el otro. Sino poder observar lo vivido, aprender de ese tiempo, asumir cada uno sus responsabilidades pero siempre con una mirada hacia la despedida y hacia el autocuidado.
Una vez tengamos las cartas, en el caso de las parejas que han roto su relación, invito a quemar esas cartas, guardarlas o romprelas en mil.
Y si en nuestro caso, estamos en pareja, yo suelo hacer que la pareja se la lea el uno al otro y si estoy trabajando solo con una persona tras una ruptura, leemos la carta intentando entenderla y darla sentido.
Se trata de ver estas cartas como narrativas que nos empoderen. Y nos ayuden a despedirnos.