¿A quien no le gusta que le den caricias? Esto de debe a que las personas, hombres y mujeres, estamos hechos para sentir placer. Es decir, que cuando nos acarician segregamos oxitocina, la hormona de la felicidad y sentimos entonces felicidad, placer y otros efectos muy beneficiosos.
Además, las caricias son esenciales en el desarrollo humano, es decir, impresindibles desde que somos pequeños. Pero siguen siendo igual de importantes en las relaciones con otras personas amigos, pareja, hijos… Especialmente en las relaciones de pareja.