Enfadarse sin romper: ¿Por qué el afecto se resiente si cuando discutimos dejamos de hablarnos y nos separamos de forma fría?
El enfado en la pareja puede ser devastador, el silencio entre vosotros y que tu pareja te ignore durante días, dormir en sitios diferentes, se te clava como un dolor horrible. Ya no hay beso de buenos días ni de nada. Un vacío entre vosotros, un dolor que parece que tu pareja no te perdona y que se instala en casa como un invitado no deseado.
¿Alguna vez te has sentido así, como si tu pareja y tú estuvierais en una guerra fría después de una discusión? De esas en las que el silencio es más ensordecedor que cualquier grito y el cariño parece haberse ido de vacaciones sin avisar. Pues bien, hoy vamos a hablar de por qué retirar el afecto cuando estamos enfadados es como echarle gasolina al fuego… ¡y cómo evitarlo! Porque, como siempre digo en mis sesiones, la forma en que nos comunicamos dice mucho sobre nuestra relación.
El caso de Ana y Marcos: cuando el silencio duele más que las palabras
Imagina esta escena: Marcos llega a casa después de un día agotador en el trabajo, solo quiere desconectar y no pensar en nada. Ana, que ha estado esperando para hablar con él de un par de cosas que considera importantes, aprovecha el momento para sacar el tema. Pero Marcos, en vez de escuchar, explota: “No aguanto más así, si seguimos así nos vamos a separar”. Y entonces, se calla. Deja de hablar a Ana un par de días, deja de prepararle el café por la mañana y de darle el beso de despedida. Se va al sofá, enciende la tele y deja a Ana con la palabra en la boca y un nudo en el estómago. ¿Te suena?

Este silencio, esta frialdad, es lo que llamamos retirar el afecto. Y aunque parezca una forma de evitar el conflicto, en realidad es una bomba de relojería para la relación.
¿Por qué duele tanto que nos ignoren?
Como explica John Gottman, uno de los grandes referentes en relaciones de pareja, la evasión (eso de “hacerse el sueco” y no hablar) es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis que predicen el fin de una relación. Cuando tu pareja te ignora, tu cerebro lo vive como un rechazo social, activando las mismas zonas que el dolor físico. Así que no, no eres exagerada: duele de verdad.
Retirar el afecto es justo lo contrario a una comunicación sana. Es una forma de castigo que mina la confianza y la seguridad en la pareja. Vale que necesitemos espacio, pero no así, desde la guerra fría y retirando el afecto. La clave está en poder permitirnos estar enfadados sin castigarnos ni retirarnos el cariño.
No dejes que el enfado en pareja enfríe vuestro amor
Enfadarse es inevitable, pero retirar el afecto es opcional. Si ves que esta dinámica se repite en tu relación, no dudes en buscar ayuda profesional. A veces, una sola sesión puede ser suficiente para aprender a gestionar el enfado y comunicaros de forma más efectiva.
¿Quieres dar el paso?
Si quieres aprender a discutir sin romper el vínculo, podemos trabajarlo juntos en una sesión. Juntos podemos encontrar la forma de mantener el calor en vuestra relación, incluso cuando las cosas se pongan frías.

